Enfrentamiento

miércoles, 7 de octubre de 2009
-Es que yo mato a ese huebon
-!NO!
-¿Pero tu tia sabe?
-No, nunca quize decirle
-¿Pero por que?- cada vez estaba más furioso y entendia menos aquel mundo en el que me habia sentido tan comodo solo unas horas antes.
-Por miedo, temor a que no me creyeran. Ese hombre siempre me amenazó y aunle tengo miedo.
-¿Como?... de verdad no entiendo.
-No lo recuerdo bien. Desde que murio mi mama, yo me he criado con mi tía. Ella nunca se caso y nunca tuvo hijos. Siempre quizo mucho a mi madre, y en general a todos sus hermanos. El Eduardo venia una vez al mes a visitar a mi tia y siempre se quedaba uno o dos dias. Cuando mi tia tenia que ir a la ciudad el me pedia que le ayudara a llevar algunas cosas atrás de la casa, donde guardamo la leña y otras cosas. Me sentaba en sus miernas y me tocaba entera. Siempre me decia que era un juego, un secreto, que nadie tenia que saberlo y si llegaba a decircelo a alguien me iba a arrepentir. Yo le tenia mucho miedo y asco, pero jamás me atrevi a decircelo a mi tia. De a poco comenzó a venir menos y cada vez era menos frecuente que me llevara para atras. Pero la ultima vez que vino fue el año pasado y...- No pudo seguir. Sus ojos se llenaron de lagrimas y se escondio en mis brazos. Habia una duda que me carcomia la mente. Sabia que era el peor momento para preguntar algo asi, pero no pude evitarlo.

-Tu y tu tio... alguna vez se...
-No, solo me tocaba. Nunca me hizo el amor- a pesar de la respuesta mi rabia no habia disminuido.
-¿Se puede?- la voz de la tía quebró ese momento de una manera brutal. Mi cara estaba totalmente descompuesta y la Valentina se secaba los ojos rapidamente. La tía se acerco hacia ella y le pregunto que le pasaba. Me sorprendio lo rapido que le mintio y lo bien que lo habia hecho. Le dijo que se habia emocionado porque iba a venir su tio preferido. Al escuchar esas palabras no pude evitar mirarla, pero ella no me miro. Sali de la habitacion de la Valentina y me dirigui a la mia, pensando en que mierda iba a hacer.

Escuche llegar al tio eduardo cerca de las ocho. Su vieja camioneta hacia mucho ruido y me desperte sobresaltado, ya que toda la noche habia tenido pesadillas. Somnolientos aguidice el oido y escuche a mi tia bajar a recibirlo. Sonaba feliz, el engaño de no saber la verdad.. Escuche que lo invitaba a entrar, le sirvio mate, tomaron junto y rieron. Cerca de las nueves la Valentina bajo hacia el living y saludo a mi tia y a su tio. Mi tia dijo que tenia que ir hacer unas compras e invito a su hermano a que la acompañara a la ciudad. El se nego diciendo que estaba cansado y preferia quedarse en la casa desacansando. Escuchar esto me produjo un dolor en el estomago.
-Tia, si quiere yo la acompaño- la voz de la valentina sono casi como una suplica, pero la tia no reconocio el tono y le dijo que no, que tenia que quedarse para atender a su tio. Escuche cerrar la puerta, el motor del auto de mi tia encenderse y desaparecer. Escuche un tazon que se quebraba, la voz apagado del hermano de mi tia y el sollozo de la Valentina. Espere apretando los dientes, tanto que llegaron a dolerme; escuche la puerta cerrarce y me levante, me puse los primneros jeans que encontre, las zapatillas, una poklera y baje. Sali de la casa cerrando la puerta con cuidado detras de mi. Me encamine hacia atras de la casa, donde guardaban los leños. No era tan grande como la casa, pero mucho mas que una sola habitacion. Adentro se escuchaban las voces muy despacio. Asome la cabeza y vi la escena. El hermano de mi tia estaba de espalda a mi. Era bastante alto, mas de lo que me habia imaginado. Era gordo y estaba vestido con una camisa a cuadro y unos pantalones de tela. La Valentina estaba al frente de el, resistiendose a sus manoseos. Cuando la mano de ese hombre toco uno de sus pechos me abalance hacia adelante, dejandome ver
-!Dejala!- el debio pensar que estaban solos y la Valentina penso que debia estar durmiendo, porque los dos pusieron cara de sorpresa al verme. El tipo parecio horrorizado cuando me acerque a el. Nunca he sido muy habil, nunca me habia trnzado a combos con otro hombre y menos con alguien de su contextura. Supongo que fueron mis nervios o mi flata de experiencia pero al avanzar tropece con uno de los leños y cai boca abajo, justo al frente de sus pies, esos mismo pies que me golpearon la cara, el estomago, el pecho, que me pistearon las manos. Valentina intento ayudarme, avalanzandoce contra el, pero su tio la rechazo con un brazo y la empujo haciendola caer. A pesar de esto él se distrajo y pude tomar su tbillo y jalarlo hasta hacerlo caer. Me incorpore rapidamente y comence a golpearlo con los puños en la cara y a pesar de que intentaba cubricer con los brazos vi como de su pabio comenzaba a salir un hilito rojo. Tome uno de sus brazos se lo torci con tal fuerza que lo hizo gemir de dolor. Aun sosteniendole el brazo le coloque un pie sobre el hombro. Lo mire fijamente y le dije:
-Eres un hijo de puta- y jale el brazo con las dos manos, mantendiendo el pie en el hombro. Junto con el crujido del brazo Eduaro grito de dolor de una manera patetica. Vi aquel hombre de casi sesenta años retorciendose de dolor pidiendo una ambulancia, ayuda, algo. Me dirigui hacia la Valentina que aun estaba en el suelo y la ayude a levantarce.
-Todo termino- estaba agotado, adolorido, pero la adrenalina aun corria por mis venas.
-Pero y mi tia, como le vamos a decir ...
-No te preocupes, le diremos los dos- las piernas me temblaban asi que me apoye en ella para salir de ese lugar. Eduardo se segui retorciendo en el suelo, mordiendose los labios y lanzando pequeños gritos de vez en cuando. Lo dejamos ahi, tirado en el suelo. No fuimos a la casa y me sente en uno de los sillones a desansar. La Valentina se sento a mi lado y los dos empezamos a llorar.

Media hora despues llego la tia. Al verme con un ojo hinchado, el labio amorotonado y aun sangrando, se llevo una mano a la boca. Se acerco lo mas rapido que pudo preguntando que habia pasado. Mire a la Valentina y ella asintio. Comenze a contarle lo que la Valentina no se habia atrevido contar en todos estos años. Cuando termine de contarle miro a la Valentina y dijo:
-¿Es verdad todo esto?- timidamente asintio y la tia se puso a llorar, abrazo a su nieta. De pronto nos miro con los ojos muy abiertos y nos pregunto donde estaba él. Le dijimos que lo habiamos dejado atras. Se incorporo y salio lo mas aprisa que pudo. Intente levantarme por mis medios pero no pude, asi que la Valentina me ayudo. Seguimos a la tía y vimos como le pegaba con todas sus fuerzas [que no eran pocas] a su hermano con un leño mientras le gritaba que era un cerdo y que no queria verlo más. A leñazos lo hizo entrar en su camioneta y como pudo la hizo partir y desaparecio por el camino. Miré con un ojo a Valentina, ya que con el otro no podia ver a causa de la hinchazon y le dije:
-¿Ves? te dije que esto habia terminado.

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