Preguntas

lunes, 6 de abril de 2009
Parte V

Las siguientes dos semanas fueron... especiales. Me levantaba cerca de las 7 de la mañana, no porque no estuviera cansado o no tuviera sueño, si no porque queria aprovechar cada momento en ese lugar. Bajaba y me preparaba un café. Me arropaba en el sillon y escuchaba la lluvia o el viento. A las ocho en punto mí tía bajaba a preparar el desayuno. Cinco minutos despues aparecía en el living la Valentina envuelta en una bata un poco avejentada. Los primeros días intente ayudar para hacer el desayuno, pero las dos me hecharon de la cocina. "Costumbre de campo" pensé. A las ocho y media estabamos sentados tomando un cafe con leche [mi tía tomaba mate],pan amasado con mantequilla y mermelada. A las nueve, luego de conversar un poco mi tía se levantaba, la Valentina la seguía a la cocina con las tazas y los platos. A las nueve un cuarto mi tía empezaba a limpiar, barrer, lavar y cocinar. Los primeros días la Valentina ayudaba a su tía con los quehaceres de forma normal. Pero un día mi tía le dijo que me hiciera compañía, que ella estaba vieja pero que no era inutil. Así que desde ese momento, todos los días, lloviera o no saliamos a caminar por el bosque o por las praderas del terreno de mi tía. Nos sentabamos a conversar. Yo le contaba como era Santiago, lo grande que eran algunos edificios y la cantidad de gente que habia. Ella no lograba imaginarselos, todos apretados, enojados, enfermos a causa del smog. Ella prefería vivir ahí, en el campo, tranquila sin que nadie la molestara, ni la empujara. Realmente yo tambien prefería eso.
Durante esas conversaciones que frecuentemente se alargaban durante horas, logre conocer un poco más de la Valentina. Había nacido Valdivia y jamás había ido a otra ciudad, ni tampoco le interesaba. Desde la muerte de su madre quedó a cargo de su abuela. Su padre nunca la reconocio ni se hizo cargo de ella. Iba a estudiar a un liceo que quedaba en la ciudad, su tía se lo pagaba con el dinero de la jubilacion, pero la Valentina trabajaba en local de un tío que quedaba en la ciudad durante las vacaciones y con este dinero ayudaba a su tía. Yo la observaba hablar, con sus cabellos sueltos, con sus ojos perdidos intentanto recordar algunas cosas para contarme.
-¿Por qué me miras tanto?
-Porque eres linda- ella solo sonreía y seguía hablando. Sentada, apoyada contra un árbol, caminando, sentada en la mesa almorzando, sentada frente a la ventana, acostada en su cama, de cualquier forma ella era preciosa y cada día que pasaba sentía que esto iba en aumento, que esta sencacion de en contrarla hermosa aumentaba, iba sintiendo que la quería. ¿Pero como era posible? Acababa de conocerla. De hecho, aun no la conocía tanto. Teníamos algunas cosas en común, otras no, nada muy diferente con el resto de las personas. Con la Fran era diferente, nos gustaban los mismo grupos, las mismas comidas, los mismos lugares. Pero con la Vale no era así. De hecho me molestaba tener que explicarle algunas cosas. Lo unico en comun que teniamos era la edad y el dia en que habíamos nacido. Ella un 26 de abril yo un 26 de septiembre. Pero a pesar de todo me gustaba. Su risa, su manera de mirar, de mirarme, de abrazarme, de besarme en la mejilla, de decirme buenas noches... ¿acaso el gustaba tambien a ella? y si así era ¿por qué? no me encontraba nada muy especial. ¿o acaso ella era así con todos? No, la tía había dicho que ella era vergonzosa. Enronces si sentía algo por mi. Pero ¿qué cosa? ¿le atraía? ¿le gustaba? ¿o simplemente le caía bien? Mi cabeza iba a mil por hora. Estuve días pensando, dandole vuelta al asunto ¿le pregunto? o ¿mejor me callo? No sabía como iba a reaccionar.

Un día, un viernes, fuimos a caminar como de costumbre. Fuimos al bosque, creo que ella quería ir allá. Hacía frío; ella iba con una falda escocesa muy linda, me gustaba mucho, con un chaleco verde y una bufanda del mismo color. Ibamos de la mano. Eso tambien me confundia. Siempre me tomaba de la mano. ¿Era normal para ella hacer eso con sus "primos"? Nos sentamos en un árbol, nuestro árbol. Ninguno de los dos dijo algo. El viento soplaba, sus mejillas estaba rojas, mi nariz tambien. La imagen de la Fran se me vino a la cabeza, la odie por aparecer en ese momento, en un momento en que no estaba invitada, en un momento en que no era de ella. No había pensando en ella en días y justo ahora, justo ahora que sentía que sentarse en ese arbol ese día a esa hora era diferente.

-¿Te pasa algo?- me pregunto de golpe. Mi mente no trabajo mucho la respuesta, no penso en lo que "tenía" que decir.
-Me gustas.

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